Me atreví y me entregué. Sin miedo y sin culpa.
Reté al destino y lo repetí. Una y otra vez.
No soy la misma de antes y lo agradezco profundamente.
Soy más consciente de lo que me rodea y de quiénes me acompañan.
Decido quién se queda y quién se va.
No, no soy egoísta ni calculadora.
Soy real.
Me permití sentir y lo disfruté.
Me reconocí y me gustó.
Los complejos, los miedos y las ataduras quedaron atrás.
Esto sigue.
0 Acá puedes dejarme tus comentarios:
Publicar un comentario