24.5.15

Centro penitenciario 26 de julio: insalubridad y hacinamiento

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El 23 de mayo, en Venezuela,  las redes sociales referían el traslado sorpresivo del ex alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos, al centro penitenciario 26 de julio ubicado en San Juan de los Morros, estado Guárico. Ceballos llevaba un año, dos meses y cuatro días en el Centro Nacional de Procesados Militares ubicado en Ramo Verde, estado Miranda, por los delitos de rebelión y agavillamiento.

El centro penitenciario 26 de julio fue inaugurado el 27 de febrero de 2015 por la ministra de asuntos penitenciarios, Iris Varela, y debe su nombre a la fecha en la que se conformó el Ministerio de Asuntos Penitenciarios en 2011.

De acuerdo con la información publicada el día de la inauguración por medios oficiales, el centro de reclusión abarca  17.535 metros cuadrados de construcción, sobre los 47.536 metros cuadrados de terreno. Fue construido para 1.960 internos  y entre las “bondades” destacadas por medios oficiales se encuentran un tanque de almacenamiento de agua con capacidad de 50.000 litros, con un sistema de bombeo que aseguraría el suministro de agua, ocho garitas de seguridad y un muro de 450 metros lineales y 6 metros de alto. Allí se invirtieron aproximadamente 307 millones de bolívares y aunque el  día de la inauguración sólo albergaba a 250 reclusos tipo II (sentenciados), hoy la realidad es otra.


En declaraciones ofrecidas al equipo de www.vivoplay.net la mañana del 23 de mayo, familiares de los reos afirmaron que en el centro de reclusión no se garantizan los derechos humanos de los más de 700 reclusos que allí permanecen. El sistema de bombeo  que aseguraría el suministro de agua del tanque de 50 mil litros dejó de funcionar y ahora sólo cuentan con agua dos veces por día. El agua que utilizan para bañarse es la misma que beben.  No permiten el ingreso de menores de edad y los familiares – al igual que los reos- deben ingresar con una suerte de “uniforme” compuesto por camisas o franelas blancas, jeans y sandalias o cholas para facilitar la requisa por parte de los custodios que, a diferencia de otros penales, no son funcionarios de la Guardia Nacional sino del Ministerio Público.


Gilber Caro, activista de redes penitenciarias de Voluntad Popular, aseguró que el centro de reclusión está compuesto por antiguos galpones de un supermercado que fueron expropiados por el gobierno central, por lo tanto, no es apto para la reinserción progresiva de quienes han cometido algún delito y tampoco se garantizan los derechos humanos de quienes allí cumplen condena. De hecho, el 18 de mayo, el diario La Voz dio cuenta de la suspensión del traslado de 52 detenidos por condiciones de hacinamiento en el centro penitenciario 26 de julio. 

¿Cómo se explica que en un centro de reclusión construido para 1.960 personas e inaugurado hace 3 meses con 250 reos, ya exista hacinamiento? ¿El nuevo régimen penitenciario y el Plan Cayapa no han dado resultados?

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